Las clases de clarinete online, ¿funcionan de verdad?

En este post me gustaría hablar sobre las luces y sombras de las clases de clarinete online. Porque como todas las nuevas tecnologías, pueden ser un arma de doble filo. Si sabemos utilizarlas bien a nuestro favor, pueden ser una herramienta realmente efectiva. Pero mal utilizadas… vamos a ver qué pasa.
Una de las razones por las que empecé con esta academia era por la necesidad de cubrir esta demanda por parte de los estudiantes de clarinete.
Sólo hace falta observar lo que está pasando en otros sectores para ver la tendencia hacia la digitalización.
Cada vez más, la gente prefiere la comodidad de formarse desde donde quieran y con la flexibilidad horaria que les proporciona este tipo de enseñanza.
En mi opinión no solicitada de hoy, creo que la enseñanza de música online complementa muchísimo a las clases presenciales.
Por supuesto no las sustituyen. Pero creo que es una gran ayuda para afianzar conceptos y tener siempre disponible las clases para poder seguir mejorando en cualquier momento.
Por lo general, la manera de trabajar online de muchos profesores de música es a través de clases por videoconferencia.
Algunas herramientas que se utilizan podrían ser Zoom, Skype o Hangouts.
Yo he probado esta forma de trabajar y aquí te voy a hablar de la experiencia que he tenido.
Cuando hice la academia, y después de haber probado este método con algunos estudiantes, opté por no ofrecerlo por una sencilla razón: para que haya buena calidad de audio entre estudiante y profesor, ambos deben contar con buenas herramientas de captación del sonido, como un buen micrófono y lo más importante, saber usarlo.
Y claro, no siempre se tiene en cuenta esto.
Puede que con otros instrumentos como guitarra o clases más teóricas podría funcionar. Pero con un instrumento como el clarinete, el micrófono del ordenador o teléfono móvil no acepta todas las frecuencias y acaba saturándose.
De nada sirve que el profesor tenga una tarjeta de sonido y el mejor micrófono del mercado si luego el estudiante utiliza el micrófono del ordenador que se satura y no admite más sonido.
Hace unos años empecé a dar clase a un estudiante que vivía en Washington. Pese a su interés por seguir queriendo formase conmigo a través de clases online, lo tuve que dejar debido exactamente a eso. De lo que tocaba este alumno, a mí me llegaba un 40% del sonido. Sin hablar de los cortes e interferencias debidos a internet.
Ahí pude experimentar de primera mano que esta manera de funcionar, aunque muy práctica porque puedes estar dando clase a alguien que esté otro país, aún tenía mucho recorrido de mejora.
Posiblemente en menos tiempo del que pensamos, llegarán nuevas herramientas al mercado donde haya más facilidad para estas cuestiones técnicas tanto para estudiantes como profesores. No me cabe la menor duda.
Hay vídeos y artículos para profesores de cómo hacer toda esta parte técnica correctamente pero en mi opinión, es algo que también la persona al otro lado de la pantalla tiene que hacer también. Porque en mi experiencia la calidad del audio afecta muchísimo a la calidad de las clases. Y muchas veces no podemos esperar que el estudiante cuente con un equipo técnico para realizar unas clases de clarinete online.
Otra de las maneras que he ido probando y trabajando con alumnos ha sido la manera que utilizo hoy en día y que mejor me funciona con mis estudiantes.
Siempre y cuando se tomen unas pautas suele funcionar muy bien y la calidad del audio mejora. Por ejemplo que se graben con el móvil en horizontal y lo mantengan a unos dos metros de distancia.
La manera en la que trabajo en las clases personalizadas es a través de vídeos.
Los estudiantes se graban en vídeo lo que hayamos acordado para trabajar esa semana:
Ejercicios, escalas, articulación, piezas y repertorio en general.
Esto funciona muy bien si se trabaja por semanas. Porque además de grabarse tocando, pueden preguntarme dudas o hacer ejemplos de algún ejercicio o parte de una pieza que no les salga. De esa manera puedo ver mejor qué es lo que está pasando y ayudarles.
Por otro lado, por mi parte también me grabo y respondo en vídeo, de esa manera puedo explicar cómo lo podrían mejorar, tocar algunos ejemplos, así puedo resolver dudas y guiar al estudiante para corregir y mejorar aquellos aspectos técnicos que le estén limitando.
Así marcaremos unos objetivos semanales y se podrá ir haciendo el seguimiento.
Otra ventaja es que esas clases a través de vídeo, se pueden compartir a través de plataformas de envío de archivos gratuitas como wetransfer o blackhole. Y el estudiante dispondrá siempre de esa clase, para repasarla tantas veces como sea necesario.
Como hemos visto a través de este post, todo tiene sus ventajas y desventajas. Desde aquí no digo que haya una manera de hacer las cosas, ni mucho menos, simplemente comparto la que a mí mejor me funciona después de haber probado otros métodos.
Habrá profesores que se sientan más cómodos o les funcione mejor dar clases a través de videoconferencia.
Nada en contra.
A mí de momento, hasta que salgan otras herramientas que me permitan funcionar mejor, seguiré con esta manera de trabajar para las clases online.
Dicho todo esto, si quieres seguir aprendiendo a través de clases personalizadas de clarinete online con el método que propongo, puedes ver mi manera de trabajar este enlace.
Como he dicho en otras ocasiones, las plazas son limitadas, ya que prefiero tener pocos alumnos y poder ayudarles mucho, que no muchos alumnos y ayudarles poco. Esto es así.
Nos seguimos leyendo.
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